Viajar con niños a Marruecos

La verdad es que nunca se me hubiera ocurrido escribir consejo alguno sobre este tema, si no es por que hemos observado una importante cantidad de personas que indagan en la red buscando este tipo de información, lo que me ha llevado a pensar que pudiera existir una preocupación, ocasionada probablemente por el desconocimiento del país, en muchos padres que desean viajar a Marruecos con sus hijos.

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Mi primer mensaje, es que las precauciones que hay que tomar en estos casos, son las mismas -guiadas por el sentido común- que adoptamos en cualquier otro lugar.- Por poner un ejemplo, en las aglomeraciones cotidianas -centros comerciales, mercadillos, festejos. etc.- procuramos que los pequeños vayan de la mano, o -en todo caso- siempre controlados, para evitar que se despisten y se pierdan; de igual manera obraremos, en los zocos, medinas y lugares similares donde, al desconocimiento del terreno, se une la aglomeración de personas.

Si viajamos por el sur del país, algo que siempre merece su atención, es el paseo a lomos de dromedario por las dunas, actividad ineludible para ellos y en la que suelen invertir grandes dosis de ilusión, acrecentada cuando recuerdan lo divertido que es jugar con la arena. Otra novedad para ellos, puede ser una excursión en quads, nada peligroso, eso sí acompañados de los guías del desierto y hacer “dunaboard” es decir, lanzarse por las dunas con una tabla (casi todos los albergues en el Erg Chebbi disponen de ellas, precisamente para el uso de los niños)., les puede tener entretenidos hasta que el cuerpo aguante.  Por otra parte, es conveniente aprovechar el choque y la novedad que para ellos supone un ambiente humano distinto al que están acostumbrados, pueblos diferentes, con casas extrañas, gente que viste con ropas raras, burros por las calles, carros, … y tantas otras experiencias nuevas que irrumpen en ellos, modificando y poniendo en la picota muchos conceptos hasta ahora desconocidos. En este aspecto, el choque emocional que sienten cuando ven a muchos chavales, incluso más pequeños que ellos, cuidando ganado, acarreando borriquillos cargados de leña y realizando cualquier otra dura labor, puede ser en algunos casos importante, por lo que es muy conveniente llamar su atención con explicaciones sencillas del modo de vida y su razón de ser.- Esta táctica también puede servirnos para hacerles más llevadera -y en algunos casos hasta interesantes- las visitas a los Ksur, las kasbahs o las pequeñas casa-museos privados que existen en algunas zonas rurales.En este contexto de tratar de atraer su interés por lo novedoso y distinto, y aprovechando el atractivo innato que los niños sienten por disfrazarse, el simple hecho de ponerse un turbante será también un motivo de ilusión para ellos.

Todo lo dicho lo dejo plasmado en este vídeo que os invito a que veáis, realizado por nuestro guía y varias familias con sus hijos.

Otro aspecto que se me olvidaba y que preocupa a los padres en estos casos, es el de la cobertura sanitaria. A este respecto hay que señalar que en las poblaciones importantes existe siempre un hospital, mejor o peor dotado -más tirando hacia lo segundo que hacia lo primero-, donde atienden a todo el mundo a precios asequibles.- En las regiones rurales no es fácil encontrar un médico, pero si existen dispensarios con sanitarios para una emergencia.- En las grandes ciudades y poblaciones importantes, encontramos clínicas privadas mucho mejor equipadas que los hospitales, pero también mucho más caras, y que son las que tienen firmados los contratos de coberturas con las entidades aseguradoras.- Por ello, recomiendo que, para cubrir cualquier incidencia, si viajamos con niños, se contrate un seguro de asistencia sanitaria en viajes.- En cuanto a farmacias. encontraremos en cualquier población medianamente importante, estando, por lo general, bien surtidas, si no buscamos un medicamento muy específico.

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